jueves, 3 de diciembre de 2015

Reseña del trabajo "El ecumenismo en la teología de Yves Congar"

Este trabajo pretende exponer de manera somera el ecumenismo de nuestro autor dominico. Para ello cogeremos como fuente su artículo publicado en la magna colección de teología dogmática, Mysterium Salutis, Las propiedades esenciales de la Iglesia, en concreto, el apartado de La Iglesia es Una.
Comenzaremos por exponer las distintas formas de unidad que tiene la Iglesia, es decir, los lazos de unión: la fe, los sacramentos y la vida social. Luego veremos el concepto de Congar de la Iglesia como comunión, relacionado con la categoría de Pueblo de Dios que nuestro autor trabajó con mucho ahínco.
Pasaremos a ver las rupturas, sus formas concretadas en el cisma y la herejía y la situación en la que se encuentras estos individuos y cómo debe actuar la Iglesia con ellos.
Por último y a modo de conclusión, veremos la importancia que le da Congar a la actitud ecuménica por parte de los miembros de la Iglesia Católica, sobre todo de los teólogos, siendo así no solo un ecumenismo teórico sino moral y pastoral.


martes, 3 de noviembre de 2015

El Papa Francisco y el ecumenismo espiritual


El pontificado del Papa Francisco, aunque corto, no ha dejado de sorprender al mundo secular, en general, y a la cristiandad, en particular. Uno de los grandes subrayados que hace es el diálogo ecuménico y esto se manifiesta en los múltiples encuentros bilaterales y personales que tienen lugar tanto en el Vaticano como en las distintas sedes episcopales y comunidades.
¿Cuál es el lenguaje con que el Papa Francisco lleva a cabo estos diálogos? El ecumenismo espiritual. El ecumenismo espiritual es buscar aquello que nos une, con humildad y ansia de verdad y misericordia, y compartir esta riqueza para el bien de la Iglesia y el mundo. Lo que nos une es Jesucristo, Hijo de Dios Padre, en comunión con el Espíritu Santo y el mismo camino, es aquí donde reside el principio y fin del ecumenismo espiritual. El ecumenismo nos debe llevar inevitablemente a caminar juntos hacia la unidad plena, con fe y sin decaer en el derrotismo o en la división.
El cristiano no debe ser indiferente ante el mal de la división pues hiere a la Iglesia y, por tanto, a Cristo. Esta división es producida por la soberbia y el egoísmo, incluso un cierto egoísmo eclesial el cual ve una Iglesia mejor o más que la otra. Esto es un motivo de vergüenza que se debe derrocar cuanto antes.
Para llevar a cabo este diálogo, este ecumenismo espiritual, el Papa practica tres grandes actitudes: acogida, reconocimiento y misión conjunta.
Primero, la acogida, el Papa acoge con alegría y hospitalidad a las cabezas o representantes de las iglesias. Esto implica una escucha sincera y humilde entre ambas partes. Esto llevará al reconocimiento mutuo. El reconocimiento de ver al cristiano, sea de la confesión que sea, como un hermano, incluso atreviéndose a designarlo como “Santidad” o “Papa”. También este reconocimiento nos lleva al ecumenismo de sangre, un camino ecuménico que es alimentado por los mártires cristianos que, aunque de distintas confesiones, mueren por el mismo Cristo. Por último, esta acogida y reconocimiento lleva al trabajo corporativo, a la misión conjunta, llevando acabo encuentros o actividades internacionales de paz. También vemos una misión contemplativa, de una oración conjunta y por la unidad de los cristianos. Orar y celebrar para trabajar juntos por un mundo mejor, como hizo el Jesús histórico. Una misión motivadora para este camino arduo más siempre esperanzador.

En conclusión, desde mi punto de vista, es admirable y motivo de alegría que nuestro actual Papa decida situar el ecumenismo en un lugar privilegiado de su pontificado. Me gusta la constante petición por la humildad en ambas partes. Contra la soberbia y el egoísmo, la humildad como norma en el caminar juntos hacia la unidad plena, hacia el restablecimiento del único Cuerpo de Cristo pues es un escándalo presentar al mundo, y más un mundo que necesita hoy más que nunca a la Iglesia, un Cristo fragmentado por el pecado humano. Dice el mismo Papa que el mayor mal del ser humano es la indiferencia. Espero que este Papa aliente en nosotros los cristianos una actitud misionera hacia la comunión en nuestras Iglesia locales, en nuestras parroquias.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Primera Tarea

I.                ¿Qué entendemos por unidad de las iglesias?
Entender la iglesia católica como una de las que hay, ayudando a unificar y construir puentes de unión con las demás confesiones. La humanidad tan vacía de sentido necesita ahora más que nunca el mensaje de la Buena Nueva, por lo tanto, las iglesias no le pueden ofrecer un Cristo roto sino unido por el amor y la misión de la persona del Hijo de Dios.
II.             ¿En qué consiste el ecumenismo?
En buscar la unidad en la diversidad de la Iglesia extendida por todo el mundo, sabiendo que nos diferencian barreras culturales y políticas pero eso no nos puede llevar a la división de confesiones que ahora mismo vivimos.
III.           ¿Qué valor debe darle el nuevo pontífice a la tarea ecuménica?
Enorme, pues es necesario para el bien de las iglesias locales y continentales. No podemos caer en un centralismo sino que tenemos la misión de prestar atención a las diferencias que caracteriza a cada iglesia con el fin de hallar la unidad que tanto ansía la Iglesia y el mundo.
IV.           ¿Cuáles deben ser las claves del pontificado del Papa Francisco?

-        Ofrecer al mundo la alternativa espiritual que la Iglesia tiene: Jesucristo. Una alternativa que de sentido vital a un mundo que se ha olvidado a Dios. En una dinámica de diálogo.
-        Lograr la unidad dentro de la diversidad a las iglesias locales.
-        Transparencia en el gobierno de la Iglesia.
-        Reinventar el papado con la ayuda de las demás iglesias para que el diálogo hacia la unidad progrese.
-        El papel de la mujer en la iglesia.
V.              ¿Cómo entiende su papel en la búsqueda de la unidad de las iglesias?
El papa Francisco, a lo largo de su relativamente corto pontificado ha tenido gestos preciosos con los hermanos separados. Ha buscado la unidad en la persecución, en el martirio, diciendo que cuando matan a un cristiano, no le preguntan de qué confesión es[1]. También, durante la misa con los hermanos armenios (12 de abril del 2015), se unió a la denuncia del genocidio vivido a principios del siglo pasado. Por último, en su viaje a Turquía le pidió al patriarca Bertolomé la bendición para él y para la Iglesia de Roma, ofreciendo así un papado entre iguales, eliminando toda jerarquía vertical posible, donde el papa de Roma estaría por encima.
Desde mi punto de vista, el papa está caminando por la senda del ecumenismo desde la categoría de la colegialidad, esencial para que el deseo de la unidad sea una realidad palpable.



[1] Es lo que él llama “ecumenismo de sangre”. Ver comunicado con ocasión de la jornada por la unidad de los cristianos el 27 de mayo del 2015 https://www.youtube.com/watch?v=rNjEkOd9Xic.