lunes, 28 de septiembre de 2015

Primera Tarea

I.                ¿Qué entendemos por unidad de las iglesias?
Entender la iglesia católica como una de las que hay, ayudando a unificar y construir puentes de unión con las demás confesiones. La humanidad tan vacía de sentido necesita ahora más que nunca el mensaje de la Buena Nueva, por lo tanto, las iglesias no le pueden ofrecer un Cristo roto sino unido por el amor y la misión de la persona del Hijo de Dios.
II.             ¿En qué consiste el ecumenismo?
En buscar la unidad en la diversidad de la Iglesia extendida por todo el mundo, sabiendo que nos diferencian barreras culturales y políticas pero eso no nos puede llevar a la división de confesiones que ahora mismo vivimos.
III.           ¿Qué valor debe darle el nuevo pontífice a la tarea ecuménica?
Enorme, pues es necesario para el bien de las iglesias locales y continentales. No podemos caer en un centralismo sino que tenemos la misión de prestar atención a las diferencias que caracteriza a cada iglesia con el fin de hallar la unidad que tanto ansía la Iglesia y el mundo.
IV.           ¿Cuáles deben ser las claves del pontificado del Papa Francisco?

-        Ofrecer al mundo la alternativa espiritual que la Iglesia tiene: Jesucristo. Una alternativa que de sentido vital a un mundo que se ha olvidado a Dios. En una dinámica de diálogo.
-        Lograr la unidad dentro de la diversidad a las iglesias locales.
-        Transparencia en el gobierno de la Iglesia.
-        Reinventar el papado con la ayuda de las demás iglesias para que el diálogo hacia la unidad progrese.
-        El papel de la mujer en la iglesia.
V.              ¿Cómo entiende su papel en la búsqueda de la unidad de las iglesias?
El papa Francisco, a lo largo de su relativamente corto pontificado ha tenido gestos preciosos con los hermanos separados. Ha buscado la unidad en la persecución, en el martirio, diciendo que cuando matan a un cristiano, no le preguntan de qué confesión es[1]. También, durante la misa con los hermanos armenios (12 de abril del 2015), se unió a la denuncia del genocidio vivido a principios del siglo pasado. Por último, en su viaje a Turquía le pidió al patriarca Bertolomé la bendición para él y para la Iglesia de Roma, ofreciendo así un papado entre iguales, eliminando toda jerarquía vertical posible, donde el papa de Roma estaría por encima.
Desde mi punto de vista, el papa está caminando por la senda del ecumenismo desde la categoría de la colegialidad, esencial para que el deseo de la unidad sea una realidad palpable.



[1] Es lo que él llama “ecumenismo de sangre”. Ver comunicado con ocasión de la jornada por la unidad de los cristianos el 27 de mayo del 2015 https://www.youtube.com/watch?v=rNjEkOd9Xic.